domingo, 10 de mayo de 2009

Pensandote ~



..Se acerca una joven y se sienta a un costado de la banca, al pasar de un rato mira y dice. – A mi también me encanta escribir, sobre todo en días de lluvia, aunque no creo que soy tan buena como tú.
- Gracias, pero a mi parecer no creo que hayan personas mas buenas que otras, cambia solo en el sentido del cual tu quieres expresar lo que escribes… Luego de un momento de silencio la joven dice. – Veo que estas abrigado y supongo que pretendes quedarte toda la tarde acá.
- La verdad que el venir, salio de improviso, digamos que de vez en cuando me gusta jugar con la espontaneidad y hoy, es un día de esos, y ¿Por qué la ropa?… ehmm ayer me morí de frió por salir desabrigado, además que estuve en el pasto húmedo un buen rato.. Hoy solo quise ser prevenido y salir abrigado, aunque a eso del medio día hacia demasiado calor, pero ahora el día esta bastante agradable. Oye! A todo esto, me encantó tu forma de vestirte, con tu pañoleta en la cabeza y tus pantalones grises a cuadritos y tus lentes morados con tu pelo rojo, original.
- Gracias! También me gusto tu teñida, al parecer eres un artista, por como vistes a parte de un escritor, Jeje…
- Primera vez que me dicen eso, ojala, pero no, suelo vestirme de manera diferente, solo que hoy salir un poco da la rutina poniéndome ropa que no ocupaba…
La joven dice. – Sabes? Tienes una linda sonrisa y un bonito semblante, deberías demostrarlo siempre, no sabes quien se podría llegar a enamorar de ti.
- suelo ser así con personas que me siento cómodo, como tú y con personas que responden recíprocamente, aunque no esta demás regalarla a una que otra persona extraña.
La joven repentinamente toma de mi mano y me dice. – Ven! Te quiero enseñar algo; El cuaderno, el lápiz y todas mis cosas junto con las de ella quedan en el pasto. Corrimos bastante hasta que llegamos al estanque de los patos. Ella dice. – Cuando quiero pensar, estar sola o simplemente distraerme un rato vengo hasta acá, además que me río de una que otra ocurrencia que hacen los patitos; ¿ves aquel con plumas en la cabeza como si tuviera un peinado loco?, le puse como nombre “Simón dice”. Me eh dado cuenta que a veces los demás patos hacen lo mismo que él. – Jajaja que gracioso.
Contemplamos el estanque por largo rato.
- Yo soy la menor de tres hermanos, y soy la mas extrovertida.
- Bueno yo creo que también lo soy, pero a diferencia tuya yo no tengo hermanos.
- ¿Y te gusta serlo?.
- A decir verdad, a veces si y a veces no, solo que conlleva sus pro y sus contra… lo que siempre me hubiera gustado tener, es un hermano mayor, no lo se desde pequeño que lo pienso. Oye! Mujer ¿no tienes frió?, ya la tarde se esta poniendo fresca.
- No te preocupes, estoy acostumbrada, de donde yo vengo es siempre frio, asi que descuida niño.
- Bueno, como digas tu, Hey! Sin darnos cuenta hemos avanzado bastante.
Ella dice con una dulce mirada. – Pues entonces aprovechemos…
- ¿Enserio lo dices?
- Si! ¿Por qué no?. Estando alli un bueno rato nos pusimos a jugar en los juegos, columpios, sube y baja, etc., hasta que finalmente terminamos en el resbalin por donde los niños bajaban. Ella bajo primera, como una niña pequeña, como disfrutando esa bajada como si fuera interminable. Después ella dijo. - ¡Te toca, vamos baja!. Pero los niños que bajaban uno tras otro me lo impedían, hasta que por fin logre bajar y seguimos caminando.
- ¿Sabes?, a veces le damos mucha importancia a cosas que realmente no deberían afectarnos, tan solo disfrutemos de cosas que a simple vista y llevando una vida agitada no logramos ver, como por ejemplo aquello que acabas de pisar que no te va a gustar. Inmediatamente mire y corrí al pasto a limpiar mi zapatilla, estaba un poco sonrojado, mientras ella reía dulcemente y yo con ella. Luego me dijo. – Mira! Subamos, yo te invito. Así que subimos rápidamente después de haber pagado las entradas.
- Esta bello el paisaje, dije.
Si! Fíjate en el atardecer. Lo mire y estaba precioso y me dije. – Ahora que lo pienso nunca había visto uno, es bellísimo.
- Si; siempre me detengo a verlos, sea cual sea la parte que este, además que nunca son iguales, cada uno es especial, así como las personas, cada una es diferente a otra, aunque sea por ejemplo gemelos.
Nos bajamos y me dijo. – Vamos! Quien llega primero
- No se vale, tenemos que hacerlo al mismo tiempo (hablando mientras corría tras ella).
- Trata de alcanzarme, ¡vamos, tu puedes!. Llegando a la sima agitados nos detuvimos a contemplar lo que quedaba del atardecer, el cielo estaba naranjo y el sol ocultándose entre las montañas, simplemente bellísimo. Luego que termino de ocultarse el sol empezaron a prenderse las luces de la ciudad, una tras otra lentamente, hasta que casi todas las luces de la ciudad estaban encendidas.
- De pronto le dije. – Parece como si fuera un mar, todas las luces parpadean ¿tu sabes por que es eso?. Respondiéndome me dijo. – La verdad… no se (riéndose) aunque me explicaron el por que, pero no me acuerdo. Y ambos reímos.
Estuvimos ahí un buen rato. Luego comenzamos a bajar, casi no se veía nada, ya que era tarde. Dijo ella. – Fue un gusto haber pasado el día contigo, eres una buena compañía.
- Gracias, tú igual.
- Adelántate a buscar las cosas, yo te alcanzo.

Así que comencé a caminar. Oye! Dijo ella. Por cierto… me llamo Anastasia (y me sonrió).
Comencé a caminar y por un momento me detuve y me di cuenta que había olvidado donde había dejado nuestras cosas, además que la oscuridad, obvio no me ayudaba. Recorrí por varios lados, hasta que por fin di con el lugar. Para mi sorpresa solo estaban mis cosas, me detuve un rato confundido, si supuestamente la chica venia atrás mío; tome mi lápiz, mi celular, y al tomar mi cuaderno note que había algo escrito y no era ni lo que estaba escribiendo, ni mi letra; trate de descifrarlo pero como estaba tan oscuro no podía, así que prendí mi celular para poder leerlo.

Decía: Niño, no todo puede ser tan malo, se feliz
Suerte

Anastasia.


Junto al cuaderno había una hoja roja del jardín por donde pasamos, y recordé haber dicho que me habían encantado esas hojas. La verdad no sentí miedo, ni mucho menos desconcierto, solo sonreí… guardando el cuaderno con la hoja, fui hacia la salida, ahora… con una mirada diferente y pensando. – Esto es digno de ser escrito…

1 comentario:

N!cky dijo...

Oye Pablo, por qué no el cambias la música? u.u


cachai que el texto está bakán, en serio muy lindo.Me lo imaginé todo =)
y fue agradable leerlo (:
pero creo que hubiese sido mucho mejor con otra canción...


"Sabes? Tienes una linda sonrisa y un bonito semblante, deberías demostrarlo siempre"

=)
un beso